martes, 26 de diciembre de 2017

Dicha y desdicha. Oaxaca.

"No pensé que en una semana pudiera llegar a quererlos tanto como hoy los quiero."

-Elizabeth Piedra.

En la semana del 15 al 22 de dic, TECHO organizó un macro evento en el se reunieron alrededor de 500 voluntarios, nacionales y extranjeros, con el único fin de ayudar a las personas cuyas casas fueron demolidas por los terremotos de septiembre, en este caso, en la Cd. Ixtepec, Oaxaca.
Techo, es una asociación que se conforma de voluntarios, cuyo único objetivo es erradicar la pobreza, creyendo firmemente que esto se puede lograr si con ella se da termino a la desigualdad social que parece cada vez grande. Al principio, yo pensaba compartir mi experiencia, la propia, pero ahora veo a todos estos voluntarios escribiendo sus pequeñas pero inmensas reflexiones, y al final es eso, compartir, yo sé que hay dos tipos de personas en el mundo y que las dos me leen, las personas que participan activamente por una mejor condición de vida para todos, y las personas que siempre han querido hacerlo pero hay algo que los para, que los detiene, a los que les falta un pequeño empujón, acá les dejo unas pequeñas frases, escritas por voluntarios en relación a lo vivido esta semana; felicitando a los primeros, y esperando, que al ver la alegría y dedicación de éstos, los segundos se atrevan a emprender lo que siempre han querido y mejorar el mundo.




"Esta semana aprendí un montón de cosas, entre ellas, que las personas que menos tienen son las que más dan, sentí el miedo de miles de personas después de un sismo, con tan solo una pequeña replica, obtuve tantos moretones que no sabía cual dolía más, pero además, aprendí que un solo acto de amor puede lograr una diferencia enorme, y que en equipo es más fácil y gratificante.

Ojalá la gente de todas partes, no necesite un desastre terrible para darse cuanta que puede lograr grandes cosas con pequeños actos, y que dar, no significa perder, al contrario, dar es ganar.
Podemos ser esa velita y ocuparnos en lugar de preocuparnos tantos.

Gracias Oaxaca, por enseñarme y darme humildad, amor, esperanza y amigos maravillosos.

-Cecilia DG.

"Ustedes son perfectos para hacer este trabajo y por eso llegaron aquí, y Dios los tiene destinados para hacer grandes cosas, en nuestro futuro hay acciones enormes."

-Sra Tania. (Jefa de familia en Ixtepec Oaxaca)


"Está gente me ha enseñado una gran lección de vida: nunca te rindas ante la adversidad, lucha siempre por tus sueños y nunca pierdas la fe.
Hay que ser solidarios, si quieres realmente que el mundo cambie, comienza cambiando tú mismo. Nunca olvides que las pequeñas cosas en verdad te pueden hacer feliz.
Siempre los recordaré y los llevaré en mi corazón, fue un placer convivir, agradezco nos hayan recibido en sus casas para tratarnos como uno más de su familia."

-Carmen Gonzalez.




"Aprendí a apreciar tantas cosas en este viaje, desde un vaso completo de leche, bañarnos o al menos lavarnos el cabello, la sombra o el refrescante viento cuando hace calor, el hermoso cielo estrellado y despejado, armar una tienda de campaña, la empática sonrisa de un compañero agotado cuando te ve acabada, o la fortuna de recibir 150 gracias y sonrisas, viendo sus ojitos brillar al servir la cena. Buenas bromas, grandes amistades, la ayuda de las familias que arrimaban piedras, martillaban a tu lado, inventaban herramienta para facilitar tu trabajo o te llevaban una jarra de agua de Jamaica, y que, por encima de todo, confían en ti y te comparten sus reflexiones, historias de como vencieron cada adversidad (esperando, te sirvan con tu propia adversidad), que incluso parecen milagros y consejos que te dan desde su corazón. Valoro ahora más el tener mi familia, mi casa. Aprendí y me asombra la capacidad humana de levantarse: la resiliencia."

-Elizabeth Piedra.

"Nosotros fuimos y les dimos una casa.
Ellos nos recibieron y nos dieron un hogar."

-Alonso Gonzalez.

"Estas casas, más allá de que fueran construidas por expertos, fueron hechas con el corazón y la determinación inequívoca de jóvenes que tienen el firme compromiso social de buscar la igualdad, la justicia, una sociedad de derechos para todos, jóvenes que no se quedan  callados, que se indignan, que cuestionan, que reflexionan, que actúan.

Ixtepec me enseñó que las grandes ciudades creemos ser las más evolucionadas, pero estamos realmente lejos de saber lo que es una verdadera Comunidad."

-Raúl Tovar.


"Nunca puedes dejar de sorprenderte con todo el amor que te dan las personas que pensaste más fracturadas. Un simple temblor podrá flagelar miles de casas, pero jamás destrozará un hogar, porque ese está formado de amor, y ese, nunca se irá del corazón de las grandes personas de Oaxaca."

-Alonso Gonzalez.



Lo sé, lector, no tienes que decirlo, todo parece muy bonito, pero no te engañes, en esta semana las 500 personas que allá estuvimos no pudimos construir más de 100 viviendas, en la Cd de Ixtepec, sólo ahí fueron deshechas 4,000 casas, en todo Oaxaca 21,000. Hablamos de familias que faltan de hogar a acusa de un desastre natural, que son sumadas a las que ya viven sin hogar y en pobreza extrema en las condiciones normales del país (y el mundo). Haya, los temblores no se detuvieron en septiembre cuando los medios de comunicación decidieron dejar de hacer reportes, todos los días, hay replicas, y todos los días la tierra se mueve, pero la voluntad sigue firme. Nosotros, claro, hicimos una pequeña diferencia en esta comunidad, pero queda mucho todavía por hacer, tú que me lees, ahora debes buscar la manera de sumarte por esa sociedad utópica que más que utópica, es posible.

Si por alguna razón no puedes ayudar activamente, acá puedes hacerte amigo techo. Porque no se trata sólo de cambiar al mundo, se trata de cambiarlo para bien.

Dejo por último, el poema "¿qué pasaría?" de Mario Benedetti (Citado mucho en Techo) y un hermoso atardecer de Oaxaca:

¿Qué pasaría si un día
despertamos dándonos
cuenta de que somos mayoría?

¿Qué pasaría si de pronto
una injusticia, sólo una,
es repudiada por todos,
no unos, no algunos, sino todos?

¿Qué pasaría si en vez de
seguir divididos nos
multiplicamos, nos sumamos
y restamos al enemigo que
interrumpe nuestro paso?

¿Qué pasaría si nos
organizamos y al mismo
tiempo enfrentáramos
sin armas, en silencio,
en multitudes, en millones de
miradas la cara de los
opresores, sin vivas,
sin aplausos, sin sonrisas,
sin palmadas en los hombros,
sin cánticos partidistas,
sin cánticos?

¿Qué pasaría si yo pidiese
por ti que estás tan lejos,
y tú por mí que estoy tan lejos, y ambos por
los otros que están muy
lejos y los otros por
nosotros aunque estemos lejos?

¿Qué pasaría si el grito
de un continente fuese
el grito de todos los continentes?

¿Qué pasaría si pusiésemos
el cuerpo en vez de lamentarnos?

¿Qué pasaría si rompemos
las fronteras y avanzamos
y avanzamos y avanzamos
y avanzamos?

¿Qué pasaría si quemamos
todas las banderas para
tener sólo una, la nuestra,
la de todos, o mejor
ninguna porque no
la necesitamos?

¿Qué pasaría si de pronto
dejamos de ser patriotas para
ser humanos?

No sé... me pregunto yo:
¿Qué pasaría...?


Un hermoso atardecer en Oaxaca.